El Tigre.- “Por motivo de viaje al exterior vendo bello apartamento…”. Anuncios como este son comunes en publicaciones impresas, redes sociales y servicios inmobiliarias.

La causa principal de la oferta no parece ser el deseo de los dueños de adquirir un mejor inmueble o de mudarse a otra ciudad venezolana.

Tiene relación con la decisión de emigrar a otro país, debido a la situación económica y social.

La zona sur de Anzoátegui es muestra de esa realidad. Uno de los que optó por vender la casa que era “el sueño de su vida” para radicarse en Costa Rica es el administrador Reinaldo Montero.

“Reuní por años para adquirir la casa para mi familia en una urbanización privada y me vi obligado a pasarla a otras manos porque ya la situación en Venezuela es insostenible”. Montero apuntó que no fue fácil negociar el inmueble porque la gente tampoco dispone de tanto dinero.
Sinay y su esposo Ramón están pensando en vender la quinta en la que residen en El Tigre ante sus planes de irse a vivir a Argentina.

“Primero vamos a alquilar, si nos va bien en ese país, regresamos a formalizar la venta”.

El asesor inmobiliario en la localidad, Carlos Ocando, explicó que en situaciones normales, cuando una persona vendía su casa, lo hacía porque deseaba comprar una más grande o aspiraba a mejorar su condición social.

Pero en el actual ambiente venezolano, apuntó, en el mercado inmobiliario se están dando otros indicadores.
Uno de ellos es que la gente negocia su vivienda para invertir o comprar afuera.

Otro aspecto tiene que ver con aquellos casos en los que casi toda la familia se ha marchado y los que quedan en el país optan por vender para comprar una propiedad más pequeña. “Esos son los repuntes que se dan en este momento”.

En crecimiento

Ocando refirió que hace unos dos años encargaban la venta de diez casas al mes, y ahora registran un movimiento de 30 residencias en ese lapso.

“La explicación que da la mayoría es que se va del país”
Cuando las viviendas están en precio aceptable logran venderse debido a que las ofertas en el mercado primario (edificaciones nuevas) son limitadas por lo deprimido del sector construcción y las leyes restrictivas.

Eso si, refirió que las transacciones se hacen de contado porque los bancos tienen cerrados los créditos para la adquisición por vía de interés social o préstamos hipotecarios. “Además la gente no está dispuesta a esperar dos o tres meses por la aprobación bancaria porque el dinero se devalúa”.

El comerciante agregó que en el caso de alquiler de los inmuebles, ello es menos frecuente porque los dueños temen arrendar a alguien que luego no quiera salirse amparado en las protecciones que otorgan las leyes al inquilino.