La comunicación en el sector inmobiliario y especialmente en el contexto de la venta, es fundamental. Conseguir que el cliente reciba exactamente el mismo mensaje que se gestó en nuestra cabeza no es tarea fácil. Y este proceso, la elección de las palabras adecuadas juega un papel crucial. Que tan importante es lo que se dice como lo que se calla, Hay frases y términos que sería mejor no pronunciar. Al menos, si lo que quieres es vender.
Frases que es mejor no decir
En la comunicación intervienen muchos factores, no sólo el lenguaje. El mensaje que parte del agente y el que llega al cliente no siempre es el mismo, ya que, por el camino puede verse desvirtuado por diferentes condicionantes como por ejemplo: el tono con que se habla, el volumen, los gestos que acompañan las palabras, la postura e incluso, el vestuario o el peinado, o la propia sala donde está teniendo lugar la reunión o entrevista.
En esta ocasión, nos centraremos en las palabras y en concreto, en aquellas, que por las connotaciones que tienen, sería aconsejable que no formaran parte de nuestro discurso si queremos cerrar una venta.
Su inmueble es, como todos los inmuebles…. Los expertos desaconsejan el uso de esta frase y otras parecidas, ya que opina que “no se puede hablar de la propiedad del cliente con generalizaciones de este tipo. Siempre debemos referirnos a su piso como un inmueble único y singular. De tal modo, que consigamos que el propietario se sienta especial.
Eso no se puede hacer”. Pocas frases encierran tanto pesimismo y negatividad. Nunca deberíamos usar frases de ese tipo. Y es que mejor decir, “siempre se puede. De una manera o de otra, siempre es posible encontrar el camino para conseguir lo que queremos.”
El experto no es partidario del uso de palabras técnicas, ya que es probable que el cliente no las conozca y se sienta incómodo al escucharlas sin comprender su significado.
No tengo tiempo para…”, “Ya he gastado demasiados días en…”. No importa si esas frases están justificadas o no. Seguramente sean verdad y estás invirtiendo mucho tiempo, incluso demasiado, en ese cliente. Sin embargo, Led cree que en esos casos “es mejor renunciar al encargo que mostrar al cliente nuestro malestar. Para ello, se puede escoger entre multitud de razones que justificarían fácilmente esta decisión.”
Del mismo modo que hay palabras que los expertos aconsejan no utilizar, existen otras que son perfectas para sustituirlas, ya que aportan a la comunicación con el cliente el sentido que estábamos buscando. Por ejemplo, algunos expertos creen que no es bueno utilizar la palabra “precio” y consideran que es preferible emplear “valor”. Así, la frase: “!El precio de su piso debería fijarse en tanto¡”, quedaría del siguiente modo: “!Su vivienda está valorada en tanto¡” Quizá sea excesivamente sutil, pero todos los matices suman a la hora de vender.
¿Se te ocurren otras palabras o frases “prohibidas” en la venta inmobiliaria?