La crisis económica sigue distorsionando los mercados y el inmobiliario no escapa. En los últimos meses, los carteles de “Se vende” forran al país generando una “sobreoferta” de inmuebles que impacta en los precios, ahora están más bajos y sólo un mínimo grupo de compradores invierte, la mayoría aún no puede pagarlos.
“El fenómeno”, como dicen expertos del sector, responde a varios aspectos. Las personas que están colocando su propiedad a la venta es porque están saliendo al exterior, quieren proteger el valor del inmueble en moneda dura, se ven obligados porque no puede mantenerlo, necesita pagar deudas y, en el mejor de los casos, busca mejorar su estatus.
En Maracaibo; por ejemplo, prolifera la venta de residencias, tanto casas como apartamentos, ubicados en sectores de clase media.
Esta situación no se observó a principio de año, cuando más bien el ciudadano temía vender, pero hoy algunos se arriesgan y aunque no se les hace fácil cazar a un comprador, hacen el intento y los avisos permanecen por meses.
Nelson Quintero, vicepresidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela, aseveró que quienes están corriendo el riesgo se han visto obligados a “bajar sus precios” porque hay mucha oferta y poca demanda.
“Está pasando un fenómeno, lo que sucede es que hay mucha gente vendiendo y muy poca comprando porque así los precios bajarán, sencillamente, el poder adquisitivo de los venezolanos también bajó una barbaridad este año, eso sumado a que los créditos están parados y la venta es de contado”.
Sin embargo, señala que el gran mercado de vendedores está tratando de captar a esos “compradores inversionistas”, gente que produce muchos bolívares en el país y puede adquirir esos inmuebles para luego recuperar sus valores reales, “lo compran a 50 unidades y lo venden en el futuro a 100”.
Otra cosa, comenta Quintero, es que hay personas con inmuebles cerrados que les generan gastos de mantenimiento, de condominio. “Esas están vendiendo, quizás para comprar algo de menor compromiso económico, de menos cuotas extras, porque la realidad es que casi nadie se atreve a alquilarlo porque no hay leyes que le protejan”.
“Y están los que apuestan a mudarse al exterior y quieren poner esa venta fuera. El sueño dorado de la clase media era comprar un segundo inmueble para vivir del arriendo del mismo, pero eso no está sucediendo , la gente no está protegiéndose en inmuebles”, agregó.
La Cámara Inmobiliaria del país ha consultado estos casos con sus corredores. “Hay personas dispuestas a desprenderse de su patrimonio aún sabiendo que no van a recibir el valor real”.
Esta fotografía no es de Maracaibo nada más. Informa el expresidente de la Cámara Inmobiliaria de Venezuela y actual Tesorero de Fedecámaras, Aquiles Martini, que “la sobreoferta” es en toda Venezuela.
Iris de Fuente, de 41 años, da su testimonio. Ella está vendiendo su apartamento en La Guaira, Vargas. Lleva año y medio con el aviso puesto y nada que logra concretar el negocio.
“Mis hijos quieren irse del país y queremos acompañarlos y comprar fuera, ellos son ingenieros. Pero los clientes nos ruegan la facilidad de crédito y nosotros pedimos contado. De 40 millones, lo bajamos a 36 millones para ver si logramos vender rápido”, compartió.
En la capital hay que destacar que los precios de viviendas no han subido más y otros han bajado. Pero, la venta de oficinas y locales es bastante recurrente en Caracas, Miranda y Vargas.
La recomendación de Martini “es no vender, resistir”. Y para quienes “pueden y tiene cómo, comprar”. Explicó que “los costos de reposición de un metro cuadrado es mucho más alto que lo uno consigue en el mercado”.
Es decir que “construir será más caro que una vivienda usada, lista, (…) Estimando la escasez de bienes no regulados, no esenciales hay una percepción de que hay más inventario, pero es porque son menos las personas que pueden comprar los productos puestos en el mercado”.
“Se espera que la contracción económica se calcule de 10%, eso es terrible, es una pequeña bomba, es mejor comprar que vender”, acotó Martini.
Preocupado, comenta estar Quintero por los efectos que tiene la alta oferta de inmuebles. “El mercado inmobiliario vive del número de transacciones y, por otra parte, no hay demanda, entonces el promotor va a tratar de costruir menos en el país porque ¿quién le va a comprar?”.
Fuente: http://www.panorama.com.ve/